Share the love

TikTok está revolucionando el mundo de las redes sociales desde hace algún tiempo, pero como todas las redes, no es la red per se, sino la gente que las hace populares; en este caso, los TikTokers. Justamente de ellos quiero hablar en esta ocasión. Después de haberme empapado de esta red durante casi un año, voy a expresar mi impresión sobre lo que pienso que es la estafa de TikTok.

Lo particular de TikTok, que la diferencia de las otras redes sociales, es que los usuarios se esmeran mucho más en producir videos para entretener a la gente, videos mucho mejor producidos que los que se publican en otras RRSS, en los que sus protagonistas por lo general nos muestran sus capacidades actorales, inventiva cinematográfica, sus pronunciadas curvas, y sobre todo, su capacidad para vender.

Si bien es cierto que la red es sumamente entretenida y adictiva, también es cierto que no todo lo que se dice en ella es cierto. He visto infinidad de videos de personas que te aseguran un cambio de vida y de estatus económico, siempre y cuando los sigas y le des un like. Me tomé la molestia de seguir algunos consejos informáticos que vi en algunos videos, y resulta que la mayoría era un fraude, sí, una oferta engañosa.

Estamos ya muy acostumbrados a las foto trampas de Instagram y Facebook, pero esta gente lo está llevando a otro nivel. Hacen cualquier cosa para ganar seguidores y likes, sobre todo mentir. Cada día que pasa, las redes nos sumergen más y más en un mundo de ficción sin límites. Siempre existirán personas con pensamiento crítico, capaces de darse cuenta de esto, pero las generaciones más indefensas, intelectualmente hablando, serán las principales víctimas de estas estafas mediáticas.

El cine y la TV crearon hace mucho este mundo de ficción que se viene extrapolando a las redes sociales desde hace bastante tiempo, pero ya casi sobrepasamos el punto de AS SEEN ON TV, pero en TikTok. Hay demasiadas personas tratando de vender algo que no es, y al mismo tiempo demasiados incautos que terminan siendo directamente afectados. Víctimas y victimarios confluyen en un juego infinito de likes, todo por la fama, y en muchos casos por la cama…

No tengo ni la menor idea de hasta dónde puede llegar esto. Prefiero abogar por el sentido común y el raciocinio de las personas, pero, no lo sé Rick… Quizás nos espera un futuro mucho más plástico, llano, y ficticio, en el que solo importará cuántos seguidores y likes tengas. Ese es y será el barómetro del éxito, donde la sustancia puede que pase a un segundo plano, dándole paso al imperio de la banalidad y la farsa.

Espero equivocarme, pero por los vientos que soplan todo parece indicar que puede que sea así. La verdad es que no tengo una bola de cristal para predecir el futuro, pero tampoco hay que ser vidente para predecir lo que es evidente.

Para finalizar, quiero hacer un update de mi reto de no usar las redes sociales por 30 días, y escribir un artículo cada día durante esos 30 días. Con el primer punto voy bastante bien, aunque me ha costado un mundo, pienso que hay momentos muertos durante el día y la noche en los que echar un vistazo a las redes no me vendría nada mal, pero me he abstenido. Solo las he usado para publicar información, de verdad que no he consumido nada de contenido de las redes durante estas casi dos semanas que llevo en este plan.

Con relación a escribir un artículo cada día, ahí sí que fallé, no he podido escribir casi nada durante los últimos 3 días porque se dañó el teclado de mi portátil, o mejor dicho, anda de lo más temperamental porque funciona cuando le da la gana. Esto, combinado con algunas fiestas de la semana pasada, me mantuvieron un poco alejado de escribir, sin embargo, ya resolví el tema teclado y pienso ponerme al día con los artículos.

Sigue en pie la idea de escribir esos 30 artículos durante este experimento que irónicamente decidí llamar “El día que dejé las redes sociales”. Mientras tanto, les invito reflexionar sobre la estafa de TikTok.


Share the love