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Aprovechando el tiempo libre que estoy teniendo al dejar de consumir información en las RRSS, hoy quiero hablar sobre un tema que me parece súper importante y quizás algunos de mis amigos cercanos ya me han oído hablar al respecto, pero hasta el momento no me había dignado a exponer públicamente la idea de La Venezuela Estupenda.

Llevo años pensando en un proyecto que involucra la participación activa de la ciudadanía, inicialmente pensé llamarle “Misión Limpieza” ya que estábamos en el auge de la misiones y el Chavismo furibundo, sin embargo, me abstuve para no politizar esta idea que nada tiene que ver con el arte de crear ilusiones a través del engaño. La idea es tan simple y elemental que no puede estar teñida por color político alguno, la higiene y el embellecimiento de los espacios son características ineludibles que debe poseer toda sociedad moderna.

El plan consiste en la limpieza a fondo de Venezuela, contando con el apoyo de todos sus habitantes. Si cada persona se dedica a limpiar un radio de 100 metros a la redonda, tendríamos un país sumamente limpio, y esto tendría un impacto muy positivo sobre la psique de todos, ya que, al apreciar la labor realizada, nos sentiremos más a gusto con nuestro entorno, y además crearemos sentido de pertenencia, por lo cual estaremos mucho más a favor de cuidar y mantener los espacios públicos a futuro.

Los barrenderos y recoge basura que trabajan en las alcaldías no se dan abasto con la cantidad de desperdicios que irresponsablemente lanzan muchos conciudadanos a las calles; así como si las aceras se fuesen a tragar las colillas de cigarro, las botellas, vasos de plástico, pitillos, envoltorios de toda índole y un sin fin más de objetos que terminan huérfanos, deambulando por nuestras calles, avenidas, parques, plazas, rios, lagos, mares, áreas verdes e incluso en nuestras propias casas.

Imagínense que todos nos pusiéramos de acuerdo e hiciéramos una gran jornada mensual. Un día en el que todos los Venezolanos salimos a la calle a limpiar los alrededores de nuestros hogares, sitios de trabajo, lugares de recreación, o cualquier otro espacio en el que hagamos vida cotidiana.

Sí, salimos a recoger papeles, cartones, latas, bolsas, botellas, restos de aparatos abandonados, y todo tipo de materiales ajenos a la vía pública. Previamente nos pusimos de acuerdo con los organismos respectivos de salubridad pública, y solicitamos también la colaboración de organismos privados para la recolección de lo que se vaya limpiando,  ¿cuál sería el resultado? Muy simple, el nacimiento de La Venezuela Estupenda.

Es un sueño muy factible, es cuestión de materializarlo, esto nos involucra a todos, hay que hacerle un cariñito al país, bueno… un cariñote, y mucha terapia a decir verdad… Pero por algo hay que empezar. Sería bello que esta idea se volviera viral y que todos comencemos a tomar conciencia sobre el tema, que a pesar de ser muy básico, estoy convencido que puede tener un impacto significativo en la transformación de nuestro país.

Siempre he pensado que las personas que trabajan en el aseo urbano son héroes anónimos, casi nadie se detiene a pensar en la verdadera importancia del trabajo que realizan estas dedicadas personas, ni cómo muchos de nosotros indiscriminadamente nos pasamos por el forro su labor al lanzar basura a la calle o en lugares públicos no destinadas para tal fin.

No hay suficiente personal de aseo público en el país, ni tampoco infraestructura para procesar eficientemente todos los desperdicios que generamos. Igualmente la población no contribuye mucho en mejorar la situación, somos víctimas de la desidia, la desinformación y la falta de educación en la materia.

El hecho de recoger basura de la calle no nos hace inferiores, más bien creo que nos dignifica como seres humanos. Debemos dar el ejemplo, y el ejemplo siempre debe comenzar por casa. No nos cuesta nada salir de vez en cuando a recoger lo que haya por los alrededores de nuestros espacios, reciclar lo que se pueda, y botar en la basura lo que se tenga que botar. Las calles no son depósitos de basura, ni tampoco lo son los barrancos, quebradas, alcantarillas, ni las áreas verdes en general; así que un poco de conciencia, ¡por favor!

Con el aporte de todos podemos crear La Venezuela Estupenda, hay que salir de ese letargo mental, dejar atrás los lastres del pasado, y ser partícipes y propulsores del cambio. Esto nos atañe a todos los Venezolanos, no importa nuestra ideología, lo que importa es que nos unamos por una causa que aboga por el bien común: La Venezuela Estupenda.

Para no extenderme mucho más ya que a la mayría de la gente no le gusta leer textos muy largos en Internet,  hasta aquí llega esta entrega del día de hoy. Les recuerdo que este es el tercer artículo que escribo desde “El día que dejé las redes sociales”, un experimento que estoy haciendo el cual consiste en dejar de consumir contenidos de manera adictiva en las redes sociales por al menos 30 días, con el fin de intercambiar ese consumo por creación y generación de valor.

Por los momentos el experimento va funcionando, no he caído en la tentación a pesar de que anoche hice un live jam por Instagram, pero al terminar la transmisión cerré inmediatamente la aplicación, y previamente no husmeé por ahí. Tengo una piedrita en el zapato con Facebook por una notificación que me llegó esta mañana al teléfono, y que por más que he querido, no la he abierto, pero este cuento se los echo mañana.


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